Un momento mágico en el Copperhead Course
En el mundo del golf profesional, los grandes momentos a menudo surgen de situaciones inesperadas. Así lo demostró Billy Horschel durante la ronda final del Valspar Championship 2025, cuando ejecutó uno de los golpes más memorables del torneo: un zurdazo improvisado que acabó en birdie.
Todo ocurrió en el hoyo 5, un par 5 del Copperhead Course en Innisbrook. Tras un mal segundo golpe con un 3-hierro, su bola terminó cerca de la base de un árbol, sin posibilidad alguna de hacer swing en su posición habitual. La única opción viable: un golpe zurdo.
Un 9-hierro invertido y un putt inolvidable
Horschel agarró su palo al revés —un 9-hierro invertido— y, con precisión inesperada, logró elevar la bola por encima del obstáculo, dejándola en green a poco más de nueve metros del hoyo. Como si fuera poco, embocó el putt de más de 30 pies para completar un birdie que arrancó aplausos de todo el público presente.
“Fue un golpe de fe”, declaró Horschel tras la ronda. “Solo quería que saliera recto. Ni siquiera sabía qué distancia iba a recorrer”.
La anécdota se volvió aún más especial cuando confesó que tuvo que advertir a su hijo, que se encontraba a 50 yardas delante de él, para que se apartara del posible trayecto de la bola.
Más que un golpe espectacular: un posible punto de inflexión
Un respiro en una temporada complicada
Aunque Horschel no ganó el torneo, su actuación —que le valió un empate en el cuarto lugar— fue una de las más comentadas del día. Hasta ese momento, solo había logrado un top 10 en nueve torneos, por lo que esta actuación representa un impulso vital para recuperar confianza.
La jugada, además de su dificultad técnica, refleja el ingenio y valentía que caracterizan a los grandes competidores. No se trató solo de salvar una situación complicada, sino de convertirla en un momento icónico del campeonato.
Cuando el golf se vuelve espectáculo
El birdie de Horschel es un recordatorio de por qué el golf puede ser tan emocionante: incluso los golpes aparentemente imposibles pueden terminar en éxito si se combinan intuición, técnica y un poco de suerte. Y en esta ocasión, todo eso confluyó en un solo swing… zurdo.
