
La historia del golf masculino comienza mucho antes de que existieran los torneos, los rankings o los swings tecnificados. Entre los siglos XV y XVIII, el golf evolucionó desde un pasatiempo popular en Escocia hasta convertirse en un deporte organizado, con reglas, clubes y una identidad marcadamente masculina. Esta etapa fundacional sentó las bases de todo lo que vendría después.
Orígenes escoceses del juego
Aunque existen juegos similares al golf en otros lugares (como el «kolf» neerlandés o el «chuiwan» chino), el golf tal como lo conocemos nació en Escocia, a finales de la Edad Media. Ya en 1457, el Parlamento escocés prohibía el juego porque distraía a los soldados de practicar tiro con arco. Esta mención oficial lo convierte en una de las primeras referencias documentadas al golf.
Durante esta época, el juego era jugado casi exclusivamente por hombres, tanto por razones culturales como prácticas. Se trataba de una actividad callejera o campestre, sin espacios definidos ni estructuras regladas.

Primeras reglas y formalización
Fue en el siglo XVIII cuando el golf empezó a definirse como deporte. En 1744, los Honourable Company of Edinburgh Golfers redactaron las primeras reglas oficiales del golf, con 13 puntos que ya incluían conceptos como bunkers, tees y penalizaciones. Estas normas estaban pensadas para competiciones masculinas, y el lenguaje usado reflejaba la exclusividad de género.
La misma lógica se aplicaba en los clubes fundados en esa época. El Royal and Ancient Golf Club of St Andrews (1754), que se convertiría en la autoridad histórica del golf, fue fundado por y para hombres, y solo admitiría mujeres siglos después.

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El perfil social del golfista masculino
Durante estos siglos, el golf era practicado casi exclusivamente por la élite aristocrática escocesa. Formaba parte de un estilo de vida vinculado al ocio refinado, los clubes privados y los valores de caballerosidad. Era común ver al golf asociado con otros símbolos de estatus, como la caza, el whisky y el uso del tweed.
Este carácter elitista y masculino perduró hasta bien entrado el siglo XIX. Las mujeres estaban excluidas, no solo por norma sino por la propia configuración de los espacios: campos asociados a clubes de hombres, sin infraestructura ni permisos para el juego femenino.

Clubes y organización
Durante esta etapa, el golf empezó a adoptar una estructura que anticipaba el deporte moderno. Algunos hitos:
- 1744: Primer torneo conocido, organizado por los Honourable Company of Edinburgh Golfers.
- 1754: Fundación del R&A, que más tarde estandarizaría las reglas del golf masculino.
- Finales del XVIII: Surgen más clubes en Escocia, como Musselburgh y North Berwick.
Aunque aún no existían rankings ni circuitos, estas organizaciones crearon una red de práctica masculina que daría paso al golf competitivo del siglo XIX.

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Los primeros palos, bolas y equipamiento masculino
Aunque el golf en sus inicios era un juego rudimentario comparado con el actual, ya desde los siglos XVI y XVII se utilizaban herramientas especializadas. Los palos de golf primitivos estaban hechos de madera de fresno o avellano para el mango, y muchas veces madera de boj o hickory para la cabeza. Eran objetos caros, fabricados a mano por artesanos, lo que limitaba su acceso a las clases altas, consolidando su carácter elitista y masculino.
Las bolas de golf también evolucionaron. Durante mucho tiempo se utilizaron bolas llamadas featheries, hechas de cuero cosido relleno de plumas de ganso. Estas bolas eran caras y frágiles, por lo que solo los caballeros más adinerados podían permitirse usarlas con regularidad. El proceso de fabricación era artesanal, y se decía que un solo artesano podía hacer como máximo tres bolas por día.
Este equipamiento no solo influía en el juego en sí, sino que también reforzaba la exclusividad masculina del deporte. Tener acceso a palos y bolas no era simplemente una cuestión de práctica: era una declaración de pertenencia a un círculo social concreto. Hasta bien entrado el siglo XIX, la mayoría de los jugadores de golf no solo eran hombres, sino también miembros de la aristocracia o de clases profesionales elevadas.

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La herencia de esta etapa
La identidad masculina del golf se consolidó en estos siglos. Las reglas, los espacios, las costumbres y la narrativa del deporte giraban en torno a una idea: el golf era cosa de hombres nobles. Esta idea influiría en la forma en que se desarrolló el deporte durante los siguientes siglos, marcando su cultura y sus tensiones.

De los orígenes exclusivos a la estructura del golf moderno
La historia del golf masculino en los siglos XV al XVIII es una historia de orígenes, de exclusividad y de consolidación. Fue el tiempo en que se sembraron las bases del juego moderno, tanto en lo reglamentario como en lo social. Conocer esta etapa permite entender por qué el golf fue, durante tanto tiempo, un espacio reservado para ciertos hombres y cómo eso influyó en su evolución posterior.