
Royal Portrush, sede del Open Championship 2025, no es solo uno de los campos más espectaculares del mundo. Es también uno de los más exigentes. El estilo de golf que exige este recorrido links en la costa norte de Irlanda obliga a los jugadores a replantear todo lo que saben sobre vuelo de bola, lectura del terreno y estrategia.
Si estás acostumbrado al golf americano —césped blando, tiros altos, greens receptivos— este tipo de campo puede parecer otro deporte. Aquí te explicamos por qué.
¿Qué es un campo links?
Los campos de golf “links” son los más antiguos del mundo. Se construyen sobre terrenos arenosos y ondulados junto al mar, aprovechando el relieve natural de las dunas y la vegetación baja. A diferencia de los campos “parkland” más comunes, no se riegan en exceso ni se diseñan de forma artificial.
Por eso, el golf links se juega más por el suelo que por el aire. El viento, el rebote y la dureza de las calles son factores tan determinantes como el swing.
Royal Portrush: un campo que castiga el error
El Dunluce Links, trazado principal de Royal Portrush Golf Club, es un auténtico test de imaginación y precisión. Fue rediseñado para el Open de 2019, con nuevos hoyos (como el 7 y el 8) que elevaron aún más el nivel de exigencia.
En The Open 2025, los jugadores se encontrarán con:
- Calles firmes y rápidas: la bola rueda muchos metros tras aterrizar. Es fácil pasarse de distancia.
- Greens duros y ondulados: no basta con apuntar a bandera; hay que leer los rebotes.
- Rough irregular: denso, natural, muy penalizador si se falla calle.
- Viento cambiante: a veces sopla desde el mar, otras desde el interior. Cambia la estrategia hoyo a hoyo.
Como explicaba Scottie Scheffler antes del Scottish Open:
“El golf links en el Reino Unido te obliga a jugar tipos de golpes totalmente distintos a los de Estados Unidos.”
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Estrategia links: creatividad por encima de fuerza
En campos como Portrush, pegar fuerte no es sinónimo de ventaja. Lo importante es el control de trayectoria y la inteligencia en la elección de palo.
Claves tácticas:
- Golpes bajos (“stingers”) para evitar el viento
- Uso frecuente de hierros medios y bajos desde el tee
- Aproximaciones rodadas con hierros o incluso con el putter
- Evitar bunkers profundos, que en Portrush son auténticos pozos de penalización
Este estilo premia a los jugadores con gran sensibilidad y capacidad de adaptación: McIlroy, Lowry, Fitzpatrick… o veteranos como Padraig Harrington.
Hoyos clave en Royal Portrush
🕳️ Hoyo 5 – White Rocks
Un par 4 espectacular con green elevado y vistas al mar. El viento cruzado puede convertirlo en un hoyo temible.
🕳️ Hoyo 16 – Calamity Corner
El par 3 más famoso del campo. Un abismo natural separa el tee del green. Aquí no hay margen para fallos.
🕳️ Hoyo 18 – Babington’s
Un final clásico con una ligera subida y viento de cara frecuente. Ganar el Open aquí requiere cerrar con temple.

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¿Qué jugadores se adaptan mejor al golf links?
Históricamente, los británicos e irlandeses tienen ventaja por haber crecido en este entorno. Pero también destacan jugadores con control de distancia y creatividad, como:
- Shane Lowry (ganador en 2019)
- Jordan Spieth
- Tommy Fleetwood
- Collin Morikawa (campeón del Open 2021, también en campo links)
- Jon Rahm, que ha trabajado mucho en mejorar su juego bajo viento
The Open en estado puro
The Open no se juega, se sobrevive. En Royal Portrush, cada golpe exige una decisión. No hay margen para pegar y esperar. Hay que pensar, adaptarse y dejar que el suelo —y el viento— formen parte del juego.
Por eso los links son el alma del golf. Y Portrush, uno de sus templos.