
Aunque a menudo se percibe como un deporte suave y de bajo impacto, el golf exige al cuerpo un nivel de repetición, rotación y control muscular que, acumulado con el tiempo, puede generar lesiones importantes. Desde aficionados hasta profesionales de élite, todos los golfistas están expuestos a dolencias derivadas del swing, la postura o incluso la fatiga. Entender las causas, los métodos de prevención y las estrategias de recuperación es fundamental para disfrutar del golf de forma sostenible y segura.
Lesiones más frecuentes en golfistas
Las zonas más afectadas por las lesiones en golf son la espalda baja, las muñecas, el codo y los hombros. La causa no suele ser un golpe aislado, sino el desgaste progresivo por la repetición de un movimiento técnicamente exigente. A continuación repasamos las dolencias más habituales entre golfistas de todos los niveles.

Lesión | Descripción breve | Tiempo de recuperación | Tratamiento habitual | Prevención clave |
---|---|---|---|---|
Dolor lumbar | Dolor en la zona baja de la espalda por tensión o hernia | 4-8 semanas | Fisioterapia, descanso activo | Fortalecer core, técnica correcta, estiramientos |
Epicondilitis medial | Inflamación tendinosa en la parte interna del codo | 6-12 semanas | Reposo, antiinflamatorios, fisioterapia | Mejorar grip, evitar sobreuso, ejercicios de antebrazo |
Tendinitis muñeca | Inflamación por impactos repetitivos y sobreuso | 4-10 semanas | Terapia manual, reposo, ejercicios específicos | Técnica adecuada, fortalecimiento isométrico de muñeca |
Lesión manguito rotador | Daño en los tendones del hombro por sobrecarga | 8-16 semanas | Fisioterapia, fortalecimiento, cirugía en casos graves | Movilidad escapular, calentamiento, evitar exceso de rotación |
Esguince de rodilla | Lesión ligamentosa por torsión o impacto | 6-12 semanas | Reposo, fisioterapia, en casos graves cirugía | Fortalecimiento muscular, buen calentamiento, técnica de apoyo |
Bursitis de codo | Inflamación de la bolsa serosa del codo por fricción repetitiva | 3-6 semanas | Reposo, antiinflamatorios, fisioterapia | Evitar presión excesiva, uso de protectores |
Fascitis plantar | Inflamación de la fascia del pie por sobrecarga y pisada incorrecta | 6-10 semanas | Reposo, fisioterapia, plantillas ortopédicas | Calzado adecuado, ejercicios de estiramiento, control de pisada |
Tendinitis del supraespinoso | Inflamación de tendones del hombro, común en movimientos repetitivos | 8-14 semanas | Fisioterapia, fortalecimiento, antiinflamatorios | Ejercicios de movilidad y estabilidad del hombro |
Lesión del manguito rotador crónica | Degeneración y desgaste por uso prolongado | Variable, meses | Fisioterapia, cirugía si es necesario | Prevención con entrenamiento y control del volumen de juego |
Fractura por estrés | Pequeñas fisuras óseas por sobrecarga repetitiva | 8-12 semanas | Reposo absoluto, inmovilización en casos severos | Carga progresiva, técnica correcta, calzado adecuado |
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Dolor lumbar: el enemigo silencioso
El dolor en la parte baja de la espalda es probablemente la dolencia más común entre golfistas. El gesto del swing, especialmente si se realiza con una técnica deficiente o sin activación adecuada del core, genera una presión considerable sobre las vértebras lumbares.
Fortalecer el core, trabajar la movilidad de caderas y realizar estiramientos lumbares con regularidad reduce notablemente el riesgo. Muchos profesionales, como Tiger Woods, han tenido que ajustar su swing para proteger esta zona, especialmente después de varias intervenciones quirúrgicas.

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Lesiones en muñeca y antebrazo
Los impactos con el suelo, los golpes en el rough o incluso un mal apoyo durante el downswing pueden provocar tendinitis o inflamación en la muñeca y el antebrazo. Esta zona es especialmente vulnerable en golfistas que golpean muchas bolas en rangos de práctica sin descansos adecuados.
La prevención pasa por trabajar la fuerza isométrica de la muñeca, mantener una técnica limpia de impacto y utilizar muñequeras si hay antecedentes de molestias. En fase de recuperación, es clave ajustar el grip y evitar tensiones innecesarias durante el swing.

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El codo de golfista: epicondilitis medial
Conocido popularmente como “codo de golfista”, esta lesión implica una inflamación en los tendones que se insertan en la parte interna del codo. Suele derivarse de un agarre demasiado fuerte, un swing rígido o un sobreuso sin descanso.
Los estiramientos regulares de antebrazo, el fortalecimiento progresivo y aprender a relajar las manos en el grip son estrategias eficaces para prevenirlo. En fase de recuperación, combinar hielo, antiinflamatorios y ejercicios con resistencia baja es lo más recomendable.

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Hombros: movilidad y control
El manguito rotador es una estructura delicada que sufre en cada backswing si no hay suficiente movilidad escapular o si el swing se fuerza más allá del rango natural. Una técnica muy agresiva o falta de calentamiento también son factores de riesgo.
Los golfistas profesionales dedican mucho tiempo a estabilizar los hombros con bandas elásticas, ejercicios con poleas y movilidad controlada. Si aparece dolor, es vital detener la actividad y seguir un programa supervisado de recuperación progresiva.

Dormir bien acelera la recuperación muscular, mejora la concentración y reduce el riesgo de lesiones. Aprende cómo optimizar tu descanso en nuestro artículo sobre la importancia del sueño en golfistas.
Cómo previenen lesiones los profesionales
Más allá de la técnica, el físico marca la diferencia en la prevención de lesiones. Por eso, los jugadores de élite integran rutinas específicas que van mucho más allá del campo de prácticas. La clave está en mantener el cuerpo preparado para soportar la exigencia de la competición semana tras semana.
Algunas de las prácticas más habituales incluyen:
- Entrenamientos funcionales centrados en core, glúteos y zona lumbar.
- Sesiones de movilidad para hombros, columna torácica y caderas.
- Fisioterapia preventiva aunque no haya dolor.
- Monitorización constante de la carga de trabajo: número de bolas, rondas y esfuerzo diario.
- Control técnico para evitar giros excesivos o posturas forzadas.
Estos hábitos no están reservados solo a los profesionales. Todo golfista puede incorporar rutinas adaptadas a su nivel, con el apoyo de preparadores físicos o fisioterapeutas deportivos.

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Estrategias para una recuperación eficaz
Cuando la lesión ya ha ocurrido, lo esencial es no precipitarse. Volver al campo demasiado pronto puede cronificar el problema. La recuperación debe ser activa, pero guiada, y adaptarse a cada caso.
Una estrategia de recuperación eficaz incluye:
- Fisioterapia personalizada: para restaurar movilidad, eliminar tensiones musculares y reeducar el movimiento.
- Trabajo de fuerza controlada: evitar el desuso muscular sin sobrecargar la zona lesionada.
- Ejercicios suaves: mantener el patrón motor sin dolor (por ejemplo, swings sin palo o con banda).
- Cambios técnicos y de material: reducir la torsión, modificar la varilla del palo o ajustar el grip.
- Control del descanso: aplicar frío, usar masajes y respetar las fases de sueño profundo.

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Jugar más años, sin dolor
La longevidad en el golf no depende solo del talento, sino de la capacidad de cuidar el cuerpo. Entender cómo se lesionan los golfistas, qué señales anticipan el problema y cómo integrar la prevención en cada entrenamiento es parte del juego. Así lo entienden figuras como Jon Rahm o Scottie Scheffler, que integran sesiones de movilidad, fuerza y descanso en su rutina diaria como parte esencial de su rendimiento.
Si te tomas en serio tu golf, deberías tomarte en serio también tu salud física. La prevención es entrenamiento. Y cada minuto que dediques a cuidar tu cuerpo te permitirá sumar muchas más rondas de calidad, sin dolor ni limitaciones.