
Tras la Segunda Guerra Mundial, el golf masculino entró en una nueva era. Entre 1945 y 1970 se consolidó como un deporte profesional moderno, ganó presencia en los medios de comunicación y vio surgir algunas de sus figuras más influyentes. Esta etapa es considerada por muchos como la “edad dorada” del golf, y sentó las bases del espectáculo global que es hoy.
El resurgir del golf tras la guerra
Con el fin de la guerra en 1945, los torneos de golf regresaron con fuerza. El público tenía hambre de entretenimiento, y el golf, con su mezcla de habilidad, elegancia y drama, encajó perfectamente. En Estados Unidos, el PGA Tour retomó su calendario completo, y en Reino Unido y Europa se reactivaron The Open y otros torneos tradicionales.
Este nuevo contexto favoreció la aparición de ídolos y la profesionalización definitiva del deporte. Los clubes se recuperaron, los campos se expandieron y el número de espectadores creció año tras año.
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El nacimiento de las superestrellas del golf
Durante esta etapa, surgieron jugadores que no solo dominaban los torneos, sino que también transformaron la imagen del golfista masculino:
- Ben Hogan, conocido por su técnica impecable, su disciplina y su regreso heroico tras un accidente de coche.
- Sam Snead, una máquina de ganar torneos con uno de los swings más elegantes de la historia.
- Byron Nelson, leyenda de la posguerra, cuyas rachas de victorias aún se estudian.
- Arnold Palmer, carismático, poderoso y querido por las masas, se convirtió en el primer ídolo global del golf televisado.
Estos jugadores convirtieron al golf en un deporte atractivo no solo para entendidos, sino también para el gran público.

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La televisión lo cambia todo
Uno de los elementos más revolucionarios de esta época fue la televisión. A partir de los años 50, el golf comenzó a emitirse en vivo, primero en blanco y negro y más tarde a color. Este cambio multiplicó su visibilidad, sobre todo en Estados Unidos, donde el golf se convirtió en un fenómeno de masas.
El famoso “Arnie’s Army”, los seguidores de Arnold Palmer, fue una muestra clara del nuevo vínculo emocional entre jugador y espectador. Gracias a la televisión, la personalidad del golfista, su presencia, su estilo e incluso su ropa empezaron a influir en la percepción del deporte.
Además, los patrocinadores comenzaron a interesarse por el golf como plataforma publicitaria, lo que trajo más dinero, mejores premios y una infraestructura profesional más sólida.
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La cultura del golf masculino en la posguerra
En paralelo al auge deportivo y mediático, el golf masculino adoptó una fuerte carga cultural durante la posguerra. Ser jugador de golf, especialmente en Estados Unidos, se convirtió en sinónimo de éxito, autocontrol y estatus.
El golf era visto como un deporte de caballeros, donde la conducta, la vestimenta y la etiqueta eran tan importantes como el rendimiento. Los clubes de golf masculinos reforzaban esta imagen: espacios selectos, a menudo restringidos por clase, raza o religión, donde se practicaba un deporte asociado al profesional urbano de éxito.
Además, muchos presidentes, ejecutivos y celebridades practicaban golf. Dwight D. Eisenhower, por ejemplo, fue un apasionado del juego, y su vinculación con Augusta National impulsó aún más la percepción del golf como un deporte presidencial, masculino y de élite.

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Evolución del profesionalismo y el circuito competitivo
Durante esta edad dorada, el PGA Tour se profesionalizó como nunca antes. Los jugadores comenzaron a tener agentes, contratos publicitarios, giras bien estructuradas y mejores condiciones laborales. Se establecieron reglas más claras sobre puntuación, rankings y participación.
También se fortalecieron los grandes torneos masculinos:
- The Masters se convirtió en una cita icónica.
- El US Open y el PGA Championship ganaron en prestigio.
- The Open Championship comenzó a recibir a los mejores estadounidenses, lo que lo globalizó.
Esta etapa fue clave para que los “majors” se consolidaran como el centro competitivo del golf masculino profesional.

Consulta las últimas noticias, torneos y movimientos en nuestra sección dedicada al PGA Tour.
Estados Unidos lidera, pero Europa resiste
Aunque el dominio estadounidense fue claro en este periodo, Europa mantuvo una presencia competitiva, especialmente en The Open. Jugadores británicos e irlandeses como Peter Thomson o Tony Jacklin mantuvieron la llama europea viva.
La Ryder Cup, que ya se disputaba desde 1927, cobró fuerza como el gran duelo entre Estados Unidos y el Reino Unido (posteriormente Europa). Aunque en esta etapa los estadounidenses dominaron, el evento comenzó a adquirir una dimensión mediática cada vez mayor.

1945–1970: la edad dorada que definió el golf moderno masculino
Entre 1945 y 1970, el golf masculino se transformó. Pasó de ser un deporte reservado a una élite informada a convertirse en un espectáculo popular, profesional y global. Las figuras carismáticas, la llegada de la televisión y el crecimiento del circuito competitivo convirtieron esta etapa en una verdadera edad dorada para el golf. Todo lo que vino después se construyó sobre los cimientos que dejó este periodo inolvidable.