Cuando hablamos de mejorar en golf, no basta con golpear la bola con fuerza o apuntar recto al objetivo. Lo que verdaderamente marca la diferencia entre un aficionado avanzado y un golfista de élite es la capacidad para controlar la trayectoria de sus golpes. Dominar los distintos tipos de vuelo —como el draw, el fade, el hook o el slice— te permite adaptarte a cada situación del campo, evitar obstáculos, ganar distancia y atacar las banderas desde ángulos más favorables.
Este artículo es una guía completa para entender las trayectorias más comunes de la bola de golf, aprender a distinguirlas, y, sobre todo, empezar a controlarlas de forma consciente. Incluiremos consejos de jugadores profesionales, citas de entrenadores, y referencias a libros clásicos como “Golf My Way” de Jack Nicklaus, para ayudarte a incorporar estos conceptos a tu juego.
¿Qué son las trayectorias en golf?
La trayectoria de un golpe de golf es la curva que describe la bola en el aire desde el momento en que sale del palo hasta que aterriza. Aunque muchos jugadores principiantes aspiran a golpear siempre recto, lo cierto es que los profesionales rara vez buscan una bola completamente recta: prefieren controlar la curva para adaptarse mejor al campo y reducir riesgos.
Estas trayectorias se pueden dividir en dos grandes categorías: intencionadas y no intencionadas. Las primeras —como el draw o el fade— son efectos planeados, buscados estratégicamente. Las segundas —como el hook o el slice— son desviaciones no deseadas, resultado de fallos técnicos que es necesario corregir.
El Draw: curva controlada con intención ofensiva
El draw es una de las trayectorias favoritas de muchos golfistas profesionales. Se trata de un golpe que curva suavemente de derecha a izquierda (para golfistas diestros), ganando distancia y permitiendo un ángulo más favorable de entrada al green. No es un error: es un recurso técnico estratégico.
Este tipo de golpe permite sortear obstáculos, reducir el efecto del viento lateral y conseguir un rebote más favorable al aterrizar la bola. Muchos golfistas, como Rory McIlroy o Tiger Woods en su etapa más ofensiva, han confiado en el draw como su golpe base con el driver y los hierros largos.
¿Cómo se logra un draw?
- Plano de swing: de dentro hacia fuera, con respecto a la línea objetivo.
- Cara del palo: ligeramente cerrada en el momento del impacto.
- Grip: neutro o ligeramente fuerte (con más visión de los nudillos de la mano izquierda, en diestros).
- Posición de la bola: un poco más atrás en el stance de lo habitual.
“Nunca traté de pegar recto. Prefería el draw con los hierros largos porque sabía que iba a rodar hacia el hoyo si estaba bien ejecutado.”
Fuente: Golf My Way, uno de los libros más influyentes en la historia del golf.
Aprender a ejecutar un draw de forma consistente requiere práctica, pero una vez dominado se convierte en un recurso valiosísimo para controlar el campo desde el tee y desde la calle.
El Hook: cuando el draw se descontrola
El hook es una curva muy pronunciada de derecha a izquierda (en golfistas diestros) que suele ser resultado de un error técnico. A diferencia del draw, el hook no es deseado: aparece de forma inesperada, y puede arruinar un golpe con consecuencias graves, como salirse de límites o perder por completo el control de la distancia.
Muchos golfistas lo experimentan tras intentar generar más potencia o al forzar un draw sin dominar la técnica. Es un error más común de lo que parece, incluso entre jugadores experimentados que no mantienen la sincronización del swing.
¿Qué provoca un hook?
- Grip excesivamente fuerte: la mano izquierda rota demasiado, cerrando la cara del palo.
- Cara del palo demasiado cerrada en el impacto.
- Plano de swing muy desde dentro hacia fuera, a veces exagerado.
- Movimiento demasiado agresivo de las manos al liberar el palo.
“Un hook fuerte casi siempre es síntoma de un cuerpo pasivo y unas manos demasiado activas. Deja que el cuerpo dirija el swing.”
Fuente: entrevistas en Golf Digest y su libro The Pro’s Edge.
Corregir el hook pasa por neutralizar el grip, revisar la posición de la bola en el stance y asegurarse de que el cuerpo rota adecuadamente durante el downswing. El objetivo es recuperar la sincronía entre el cuerpo y las manos.
El golpe recto: la trayectoria más difícil de repetir
Un golpe recto, sin ningún tipo de curva, es el ideal para muchos golfistas, pero también uno de los más difíciles de ejecutar de forma consistente. A diferencia del draw o el fade, que permiten cierto margen de maniobra, el golpe recto requiere una precisión absoluta en la alineación, el plano del swing y el ángulo de la cara del palo.
Muchos profesionales prefieren jugar con un ligero draw o fade precisamente porque es más fácil de controlar que mantener una bola totalmente recta, sobre todo bajo presión o con viento cruzado.
¿Qué necesitas para golpear recto?
- Cara del palo cuadrada al objetivo en el momento del impacto.
- Plano de swing neutro: ni desde fuera ni desde dentro.
- Postura equilibrada y sin excesiva rotación.
- Ritmo constante sin movimientos bruscos que alteren la trayectoria.
“Un golpe recto solo sucede cuando todo está en equilibrio. No es un swing forzado, es un swing simple, pero perfectamente repetido.”
Fuente: Golf My Way (Jack Nicklaus, 1974)
Entrenar el golpe recto es una excelente forma de afinar tu mecánica general, pero no debe ser tu única opción. Dominar trayectorias controladas como el draw o el fade puede ofrecer más margen de error y mayor adaptabilidad en el campo.
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El fade: control y seguridad en la trayectoria
El fade es una trayectoria suave de izquierda a derecha para un golfista diestro. A diferencia del slice, el fade es completamente intencionado y se utiliza para colocar la bola con precisión, especialmente cuando se busca evitar un obstáculo o ajustar el ángulo de entrada al green. Muchos profesionales confían en el fade porque les ofrece un control más fino y reduce el riesgo de errores graves.
Jugadores como Ben Hogan y, más recientemente, Dustin Johnson, han construido parte de su éxito sobre una capacidad excepcional para repetir un fade potente y consistente.
¿Cómo ejecutar un fade?
- Posición de la bola un poco más adelante en el stance.
- Cara del palo ligeramente abierta en relación a la trayectoria del swing.
- Swing de fuera hacia dentro del plano objetivo, sin exagerar.
- Control del grip: evitar agarres demasiado fuertes que impidan la apertura de la cara.
“Para mí, el fade es natural. Me siento más cómodo sabiendo que puedo controlar la bola sin miedo a que se me escape demasiado a la izquierda.”
Declaración recogida en Golf Digest durante el Tour Championship 2020.
El fade es particularmente útil en condiciones de viento cruzado o cuando necesitas aterrizar la bola con menor rodadura. Aunque requiere precisión, dominarlo te permitirá jugar con más seguridad y colocarte en posiciones estratégicas en el campo.
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El slice: el enemigo silencioso del golfista aficionado
El slice es una de las trayectorias más frustrantes para los golfistas, especialmente para los principiantes. Se trata de una curva muy marcada de izquierda a derecha (para jugadores diestros) que suele alejar la bola del objetivo, perdiendo distancia y precisión. A menudo termina en el rough, en un bunker lateral o incluso fuera de límites.
El slice no suele ser intencionado. Es el resultado de una combinación de errores técnicos que afectan directamente la cara del palo y la trayectoria del swing en el momento del impacto.
¿Qué lo causa?
- Cara del palo abierta en el momento del impacto.
- Swing desde fuera hacia dentro, cruzando la línea objetivo.
- Grip débil, que limita la rotación de las manos.
- Poca transferencia de peso durante el swing, quedándose en la parte trasera del cuerpo.
“El slice no es solo una curva en el aire. Es un síntoma de una mala secuencia de movimiento. Si arreglas tu plano de swing y la rotación del cuerpo, el slice desaparece.”
Explicado en su libro The Big Miss, donde describe errores técnicos comunes incluso en profesionales.
Corregir el slice lleva tiempo y paciencia, pero es completamente posible. La clave está en trabajar primero el grip, luego la alineación y finalmente el plano de swing. Muchos instructores recomiendan practicar con tees alineados o con ayudas visuales para identificar mejor la trayectoria del palo.
Una vez superado, el slice deja de ser un obstáculo y te permite construir golpes más rectos, controlados y eficaces.
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Cómo aprender a controlar las trayectorias
Dominar las trayectorias en golf no es cuestión de suerte, sino de entender qué factores afectan el vuelo de la bola y cómo gestionarlos en cada golpe. Los profesionales no solo saben generar un draw o un fade cuando lo necesitan, sino que lo hacen de forma consistente y bajo presión. Para los amateurs, el primer paso es identificar sus tendencias y trabajar sobre una base técnica sólida.
Aspectos clave a tener en cuenta
- El grip: Un agarre fuerte puede favorecer el draw o el hook, mientras que un grip débil tiende a provocar slice. La posición de las manos influye directamente en la rotación del palo.
- La alineación del cuerpo: Estar apuntando a la izquierda o derecha del objetivo cambia la relación entre el swing y el objetivo. Una alineación cerrada favorece el draw, una abierta favorece el fade.
- El plano del swing: Un swing de dentro hacia fuera puede producir draw o hook. Uno de fuera hacia dentro genera fade o slice.
- La posición de la bola en el stance: Adelantar o retrasar la bola unos centímetros puede cambiar el punto de contacto y modificar la trayectoria.
«Controlar el vuelo de la bola empieza por conocer tu swing y aprender a repetirlo. No busques efectos antes de tener una base sólida. La técnica, la intención y la práctica lo son todo.»
Leadbetter, uno de los entrenadores más influyentes del mundo, ha guiado a campeones como Nick Faldo o Ernie Els gracias a su enfoque progresivo y sistemático del control de trayectorias.
Una forma práctica de aprender es experimentar en el campo de prácticas. Intenta producir a propósito un draw o un fade, y observa qué cambios te ayudan a lograrlo. La retroalimentación inmediata te permitirá identificar qué ajustes generan qué resultados.
El control consciente de la trayectoria te da una gran ventaja estratégica: puedes sortear obstáculos, adaptarte al viento o elegir el mejor ángulo de entrada al green. Por eso, los mejores jugadores no buscan un golpe perfecto, sino el golpe adecuado para cada situación.

Dominar las trayectorias: el siguiente paso en tu evolución como golfista
Comprender y controlar los distintos tipos de trayectoria es una de las habilidades que separa al golfista ocasional del jugador avanzado. Mientras que al principio uno se conforma con golpear la bola recto, con el tiempo se vuelve necesario adaptarse a los desafíos del campo, las condiciones del viento, la forma de los hoyos y las propias fortalezas técnicas.
El draw, el fade, el hook y el slice no son solo palabras: son herramientas o advertencias. Una curva bien ejecutada puede acercarte al hoyo. Un efecto no deseado puede arruinar una ronda. Aprender a interpretarlos y usarlos conscientemente transforma tu golf.
«Aprendí más de mis hooks y mis slices que de mis golpes rectos. Un buen golfista no es el que nunca falla, sino el que entiende sus fallos y sabe usarlos a su favor.»
Jack Nicklaus, ganador de 18 majors, dedicó capítulos enteros de su libro “Golf My Way” al control de la trayectoria como elemento clave para el golf de competición.
La próxima vez que golpees la bola y veas cómo gira en el aire, no pienses en si fue bueno o malo. Pregúntate por qué. Esa mentalidad analítica y abierta al aprendizaje es el verdadero camino hacia un golf más completo y consistente.
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