El US Open Championship no es solo uno de los cuatro torneos major del golf, es una prueba de fuego que ha definido generaciones de campeones. Desde su primera edición en 1895 hasta hoy, este torneo ha sido el escenario de gestas inolvidables, derrotas dolorosas y momentos que han pasado a la historia del deporte.
Un Major con más de un siglo de historia
El U.S. Open Championship nació en 1895 en el Newport Golf Club, en Rhode Island, apenas un día después del U.S. Amateur. En aquel entonces, el torneo constaba de 36 hoyos jugados en un solo día sobre un campo de nueve hoyos, con una participación mínima: diez profesionales y un solo aficionado. El primer campeón fue Horace Rawlins, un joven de 21 años que trabajaba como asistente del club.
A pesar de sus orígenes humildes, el US Open creció rápidamente en prestigio, impulsado por la expansión del golf profesional en los Estados Unidos y el ascenso de figuras como Francis Ouimet, cuya victoria como amateur en 1913 capturó la imaginación del público y catapultó el golf al centro del deporte estadounidense. Aquel triunfo, frente a los campeones británicos Vardon y Ray, se considera un punto de inflexión que ayudó a consolidar el golf como disciplina de masas en Norteamérica.

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Evolución y consolidación
A lo largo del siglo XX, el US Open se convirtió en la piedra angular del calendario del golf profesional estadounidense. Desde los años 20 y 30, con Bobby Jones y Gene Sarazen, pasando por la era dorada de Ben Hogan y Sam Snead, hasta el dominio moderno de jugadores como Jack Nicklaus, Tiger Woods o Brooks Koepka, el torneo ha sido escenario de las gestas más celebradas (y de las derrotas más dolorosas).
La transición a campos rotativos también consolidó su carácter nacional: el US Open no se juega en una sede fija, sino que cada año cambia de escenario, lo que permite recorrer los campos más icónicos del país, desde Pebble Beach a Oakmont, Shinnecock Hills o Winged Foot.
Filosofía del torneo
Organizado por la United States Golf Association (USGA), el US Open se celebra cada mes de junio y es conocido por su dureza. La USGA lo prepara con una mentalidad clara: “el par es un score excelente”. Esto implica:
- Fairways extremadamente estrechos
- Rough espeso y penalizador
- Greens duros, rápidos y ondulados
- Banderas en posiciones extremas
El objetivo no es solo premiar la excelencia técnica, sino poner a prueba la paciencia, la estrategia y la resistencia mental de los jugadores.
— Johnny Miller
Hoy, el US Open es considerado por muchos como el major más exigente del golf. Ganarlo no solo otorga gloria, sino un estatus legendario. Es el torneo donde las promesas se convierten en campeones, y los campeones, en leyendas.
Campeones que marcaron una era
Las leyendas del pasado
A lo largo de más de cien años, el US Open ha sido el escenario donde se forjaron los grandes nombres del golf. Algunos de ellos no solo ganaron, sino que dejaron una huella imborrable en la historia del torneo.
Bobby Jones
Considerado el golfista amateur más grande de todos los tiempos, Bobby Jones ganó el US Open en 1923, 1926, 1929 y 1930. Este último año completó su legendario Grand Slam, conquistando los cuatro torneos más importantes de su época. Su elegancia, carácter y precisión convirtieron al US Open en un símbolo de excelencia. Fue también el fundador del Masters de Augusta.
Una frase que resume a la perfección la crudeza del US Open, donde el verdadero desafío no es brillar, sino resistir sin fallar.

Desde el putt inolvidable de Payne Stewart hasta la magia de Jon Rahm, no te pierdas nuestra selección de los mejores momentos en la historia del US Open.
Ben Hogan
El “Hombre de Hielo” conquistó el US Open en 1948, 1950, 1951 y 195. Su victoria en Merion (1950), apenas 16 meses después de sobrevivir a un accidente automovilístico casi mortal, es una de las historias más inspiradoras del deporte. Jugó con dolor, entre vendas y tensión, y aun así dominó el campo. Su swing meticuloso, basado en el control absoluto, encajaba perfectamente con las exigencias del torneo.
— Ben Hogan

Jack Nicklaus
“El Oso Dorado” ganó cuatro US Open (1962, 1967, 1972, 1980), más que ningún otro jugador junto a Hogan y Willie Anderson. Su primer triunfo llegó en un playoff frente a Arnold Palmer, iniciando una de las mayores rivalidades del golf. Ganar en tres décadas distintas demuestra no solo su talento, sino su capacidad de adaptarse a los campos más complicados del mundo durante años.
— Jack Nicklaus

Estos campeones marcaron el camino y construyeron la identidad del US Open como el torneo donde solo sobreviven los más disciplinados, pacientes y completos. Su legado sigue vivo cada junio, cuando nuevas generaciones intentan igualar sus hazañas.
Descubre a los grandes protagonistas que dejaron su huella en este torneo y en la historia del golf en nuestra sección de Leyendas del Golf.
Dominadores modernos
Con la llegada del siglo XXI, el US Open ha sido testigo de una nueva generación de campeones que han combinado potencia, precisión y fortaleza mental para dominar sus campos extremos. Figuras como Tiger Woods, Rory McIlroy, Brooks Koepka o Jordan Spieth han redefinido lo que significa triunfar en el major más exigente del calendario.
Tiger Woods
El dominio de Tiger en los majors es legendario, pero su actuación en el US Open 2000 en Pebble Beac alcanzó niveles sobrehumanos. Ganó por 15 golpes, el margen más amplio en la historia de los majors. En 2008, firmó otra hazaña: ganó en Torrey Pines con una fractura por estrés en la pierna izquierda, venciendo a Rocco Mediate en un playoff tras 91 hoyos. Esa victoria, su tercera en el US Open, simboliza su incomparable capacidad de competir bajo presión física y emocional.
Con una fractura por estrés en la pierna izquierda, Tiger jugó 91 hoyos en Torrey Pines y venció en un épico playoff. Una de las victorias más heroicas de la historia del golf.

Rory McIlroy
En 2011, tras un colapso en el Masters, McIlroy llegó al US Open con sed de redención. En el Congressional Country Club, dominó de principio a fin y ganó con un score de -16, estableciendo un nuevo récord en la historia del torneo. Con solo 22 años, demostró que el golf moderno podía brillar incluso en los escenarios más duros si se mezclaban talento puro y mente fría.
— Rory McIlroy, tras su derrota en el U.S. Open 2024 en Pinehurst

Brooks Koepka
Entre 2017 y 2018, Koepka logró algo que solo unos pocos habían conseguido: ganar el US Open en años consecutivos, en Erin Hills y Shinnecock Hills. Su juego físico, especialmente desde el tee, combinado con una actitud estoica y enfocada, lo convirtió en el prototipo del golfista moderno: potente, estratégico y sin fisuras bajo presión.
— Brooks Koepka

Jordan Spieth
Ganador en 2015 en Chambers Bay, Spieth se impuso con tan solo 21 años en un campo que desconcertó a muchos. Su victoria fue parte de una racha que incluyó el Masters ese mismo año, confirmando su condición de fenómeno precoz. Aunque su estilo contrasta con el de Koepka —menos físico, más cerebral—, Spieth demostró que la lectura de campo y la templanza mental también pueden vencer en el US Open.
— Jordan Spieth, tras su victoria en el U.S. Open 2015

Revive el US Open 2015, donde Jordan Spieth logró su segundo major del año en un final tan inesperado como vibrante.
Aprende cómo enfrentan los profesionales los momentos más tensos del golf en nuestra guía sobre gestión de la presión en golfistas de alto nivel.
Triunfos inesperados
Si algo ha demostrado el US Open a lo largo de su historia es que no siempre gana el favorito. Este torneo, con su dureza sin concesiones, ha sido terreno fértil para que outsiders, tapados y jugadores sin grandes palmarés alcancen la gloria máxima del golf.
Michael Campbell (2005)
El neozelandés llegaba a Pinehurst No. 2 como un completo desconocido para el público estadounidense. Pero resistió en uno de los campos más exigentes del país y venció nada menos que a Tiger Woods, quien lo acechó hasta el último hoyo. Fue su único major, pero uno que lo consagró para siempre.
Los campos del US Open exigen máxima precisión táctica. Aprende a identificar líneas, pendientes y riesgos en nuestra guía sobre cómo leer el campo de golf.
Lucas Glover (2009)
Cuando muchos esperaban un duelo entre Mickelson y Ricky Barnes en Bethpage Black, apareció Glover con un golf sobrio y sin errores. Ganó con -4 en condiciones climáticas complicadas, dejando claro que la paciencia es un arma letal en el US Open.
Graeme McDowell (2010)
El norirlandés rompió una sequía de 40 años sin campeones europeos en el US Open. En Pebble Beach, en un torneo marcado por errores de favoritos, McDowell fue el único en mantenerse firme y cerrar con pars vitales. Su triunfo fue celebrado en toda Europa como una señal de que el dominio estadounidense podía romperse.
En Pebble Beach, Graeme McDowell se convirtió en el primer europeo en ganar el US Open en 40 años. Su temple y control marcaron la diferencia.
Revive la gesta de Graeme McDowell en el US Open 2010, donde venció al viento, a Pebble Beach y a todos los favoritos.
Gary Woodland (2019)
Conocido por su potencia desde el tee pero no por su temple en majors, Woodland llegó a Pebble Beach sin expectativas… y se fue con el trofeo. Controló la presión, firmó golpes memorables —incluido un chip prodigioso en el 17— y venció a Koepka, que buscaba su tercer título consecutivo.
Estos campeones demostraron que el US Open no siempre premia al más popular, sino al que mejor resiste el desgaste de cuatro días de batalla mental y técnica. En este torneo, los nombres menos mediáticos pueden convertirse en leyendas.
Escenarios míticos del US Open
Cada edición del US Open no solo está marcada por su campeón, sino también por el campo que la acoge. Algunos de estos recorridos se han convertido en leyeEl US Open no solo se define por sus campeones, sino por los campos legendarios que lo han albergado. Cada sede del torneo ofrece un desafío distinto, pero todas comparten una característica: castigan cualquier debilidad y exigen lo mejor del golfista. A diferencia de otros majors con sede fija como el Masters, el US Open recorre los campos más exigentes de Estados Unidos, creando así una historia geográfica y emocional única.
Oakmont Country Club (Pensilvania)
Conocido por tener los greens más rápidos del mundo, Oakmont ha sido escenario de nueve ediciones del US Open (y será sede nuevamente en 2025). En este campo, cada putt es una prueba de nervios y precisión quirúrgica. Aquí ganó Johnny Miller en 1973 con 63 golpes, y Dustin Johnson se redimió en 2016.

Pebble Beach Golf Links (California)
El campo más pintoresco del calendario, con vistas al océano Pacífico, también es uno de los más traicioneros. El viento, los acantilados y los pequeños greens hacen que Pebble Beach, sede de múltiples ediciones, sea tan bello como brutal. Tiger Woods dominó aquí en 2000, y McDowell resistió en 2010.

Shinnecock Hills (Nueva York)
Uno de los campos fundadores del golf estadounidense, Shinnecock es una mezcla de links británicos y tradición americana. La edición de 2004 fue tan extrema que algunos greens quedaron prácticamente injugables. En 2018 volvió a escena con un montaje durísimo donde solo Koepka sobrevivió al par.

Winged Foot (Nueva York)
Un campo que no perdona. Aquí el US Open suele terminar por encima del par. En 2006, Phil Mickelson perdió su mejor oportunidad de ganar el torneo con un doble bogey en el hoyo 18. En 2020, Bryson DeChambeau fue el único jugador bajo par, gracias a una estrategia revolucionaria de potencia sin miedo.

Pinehurst No. 2 (Carolina del Norte)
Diseñado por Donald Ross, este campo es sinónimo de greens elevados, sin rough clásico pero con caídas sutiles que castigan sin necesidad de trampas visibles. Fue sede en 1999, 2005 y 2014, y lo será también en 2024. Aquí ganó Payne Stewart con un putt legendario, y Martin Kaymer dominó de principio a fin.
Cada uno de estos escenarios ha definido ediciones memorables del US Open, recordándonos que este torneo no solo elige campeones: los moldea con fuego y paciencia.

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Momentos inolvidables que cambiaron el torneo
El US Open ha sido escenario de algunos de los momentos más intensos, dramáticos y memorables en la historia del golf. A lo largo de los años, este torneo no solo ha coronado campeones, sino que ha generado escenas que permanecen vivas en la memoria colectiva del deporte.
Tiger Woods en 2008: victoria con una pierna rota
En Torrey Pines, Tiger llegó lesionado, cojeando, y aun así forzó un playoff contra Rocco Mediate con un putt imposible en el 18. Al día siguiente, tras 91 hoyos totales, lo derrotó y logró su tercer US Open. Muchos lo consideran el acto más heroico de su carrera.
Descubre cómo los profesionales previenen y enfrentan las lesiones más comunes en el golf, especialmente en torneos tan exigentes como el US Open.
2004 en Shinnecock Hills: los greens imposibles
En una de las ediciones más criticadas, la USGA perdió el control del campo. Los greens se secaron tanto que la bola no se detenía. Jugadores como Phil Mickelson y Retief Goosen se enfrentaron a condiciones casi injugables. Fue una lección sobre los límites del set-up extremo.
Phil Mickelson: seis veces segundo
El zurdo californiano ha ganado tres Masters, un Open y dos PGA, pero el US Open se le resiste. Ha sido subcampeón en 1999, 2002, 2004, 2006, 2009 y 2013, en una serie de finales trágicas y errores en momentos clave. Su historia con este torneo es tanto una búsqueda como una maldición.
Revive cómo Justin Rose conquistó su primer major en el US Open 2013, con un juego sobrio y mentalmente implacable.
Payne Stewart en 1999: el putt y el puño cerrado
En Pinehurst, Stewart embocó un putt decisivo en el 18 para vencer a Phil Mickelson por un golpe. Su icónico gesto —puño al aire, mirada al cielo— quedó grabado en la historia. Meses después, fallecería trágicamente en un accidente aéreo, haciendo su triunfo aún más emotivo.
Rory McIlroy en 2011: redención total
Tras colapsar en el Masters dos meses antes, McIlroy llegó al US Open con dudas. Pero en el Congressional Country Club, ofreció una lección de dominio total. Ganó con -16, estableciendo un nuevo récord y demostrando que las grandes derrotas pueden ser el inicio de grandes victorias.
Disfruta del resumen del US Open 2011, donde McIlroy arrasó en Congressional con récords y precisión quirúrgica.
1. Tiger Woods (2008) – Victoria con dolor
2. Payne Stewart (1999) – El putt y el destino
3. Rory McIlroy (2011) – Récord y redención
4. Phil Mickelson – El eterno subcampeón
5. Johnny Miller (1973) – La mejor ronda final de la historia (63)
¿Qué hace diferente al US Open?
El US Open no es solo difícil: es diseñado para serlo. La USGA lo prepara con la intención de “identificar al mejor jugador”, lo que significa que se convierte en una prueba deEntre los cuatro torneos major del golf, el US Open destaca por una característica única: su dificultad está diseñada, no surge por casualidad. A diferencia del Masters —jugado siempre en Augusta National— o The Open —que se ve afectado por el viento costero británico—, el US Open es una prueba intencionalmente cruel, pensada por la USGA para identificar al jugador más completo y resistente.
Filosofía del “par es un gran resultado”
La organización parte de una premisa sencilla: si terminas en par, has jugado bien. A lo largo de las décadas, esto ha llevado a crear condiciones que para muchos jugadores rayan en lo brutal:
- Fairways extremadamente estrechos, donde incluso un drive centrado puede acabar en el rough.
- Rough profundo y espeso, que penaliza cualquier mínimo desvío.
- Greens duros, rápidos y con caídas pronunciadas, que hacen que incluso un putt de metro y medio sea tenso.
- Posiciones de bandera al límite, que exigen máxima precisión y control del spin.
Aprende a planificar tu juego en hoyos par 3, par 4 y par 5, como lo hacen los mejores del mundo bajo máxima presión.
Exige más que técnica: exige carácter
El US Open no solo pone a prueba el swing, sino la mente del jugador. La frustración es parte del camino: los errores se castigan con doble bogey, y los birdies son escasos. El torneo obliga a:
- Jugar con estrategia, renunciando a atacar algunas banderas.
- Aceptar que una ronda de +1 puede ser buena.
- Tener disciplina emocional para no caer en espiral tras un mal hoyo.
— Frase recurrente entre profesionales del circuito
Estadísticas que lo demuestran
Aunque cada edición varía, el US Open suele registrar:
- El corte más alto entre los majors.
- Menos rondas bajo par.
- Promedios de score por encima de 72, incluso en condiciones ideales.
Esto convierte al US Open en una batalla mental, física y técnica… y en el título que muchos consideran el más difícil de lograr en toda su carrera.
Curiosidades del US Open
El US Open es un torneo lleno de historia, pero también de datos sorprendentes, récords peculiares y momentos que no suelen aparecer en las crónicas principales. Aquí tienes algunas curiosidades que lo hacen aún más fascinante:
Francis Ouimet: el amateur que lo cambió todo
En 1913, un joven caddie amateur de 20 años llamado Francis Ouimet derrotó a los dos mejores jugadores británicos de la época, Harry Vardon y Ted Ray, en un playoff inolvidable. Su triunfo no solo fue histórico, sino que popularizó el golf en EE. UU. y dio inicio a una nueva era.
Solo cinco amateurs han ganado el US Open
El último fue Johnny Goodman en 1933. Desde entonces, muchos lo han intentado —incluido Phil Mickelson en sus inicios—, pero ninguno ha vuelto a lograrlo. El US Open se convirtió, con el tiempo, en territorio exclusivo para los profesionales.
Campeón más veterano: Hale Irwin
En 1990, Irwin ganó su tercer US Open con 45 años, convirtiéndose en el campeón de más edad. Lo hizo en un playoff, con una celebración corriendo por el green que quedó grabada para siempre.
Conoce cómo ha evolucionado el golf profesional a lo largo de las décadas en nuestro artículo sobre la historia del golf masculino.
Campeón más joven: John McDermott
Ganó en 1911 con apenas 19 años, y aún mantiene el récord como el vencedor más joven del torneo.
1973: Johnny Miller y la mejor ronda final de la historia
En Oakmont, Miller firmó una tarjeta de 63 golpes en la ronda final, partiendo del puesto 12 y remontando para ganar el título. Lo hizo con 9 birdies y solo 1 bogey, en condiciones durísimas. Muchos consideran ese recorrido como la mejor vuelta bajo presión jamás jugada.
Una vez terminó… ¡en miércoles!
En 1983, las condiciones meteorológicas obligaron a suspender repetidamente el torneo. Finalmente, se completó el miércoles siguiente, algo impensable hoy día.
Este tipo de historias no solo enriquecen la leyenda del US Open, sino que también muestran por qué este torneo es tan admirado y temido a la vez. Cada edición es imprevisible, cada campeón escribe un capítulo distinto.
El impacto global del US Open
Aunque es un torneo estadounidense, el US Open ha tenido un papel clave en la internacionalización del golf.Aunque el US Open es un torneo profundamente arraigado en la tradición estadounidense, su impacto ha trascendido fronteras, convirtiéndose en uno de los eventos más influyentes del golf a nivel mundial. Ganarlo no solo significa conquistar un major: es dejar huella en la historia global del deporte.
Campeones internacionales que rompieron moldes
Durante gran parte del siglo XX, el torneo estuvo dominado por golfistas estadounidenses. Sin embargo, desde la década de 1990, el US Open ha visto una creciente presencia de campeones extranjeros, confirmando su carácter universal:
- Ernie Els (Sudáfrica) ganó en 1994 y 1997.
- Retief Goosen (Sudáfrica) se impuso en 2001 y 2004.
- Graeme McDowell (Irlanda del Norte) rompió una sequía europea de 40 años en 2010.
- Rory McIlroy (Irlanda del Norte), Martin Kaymer (Alemania) y Justin Rose (Inglaterra) también se coronaron en la última década.

Este fenómeno refleja no solo la globalización del golf, sino también la capacidad del US Open de atraer y exigir lo máximo a los mejores talentos del mundo, sin importar su procedencia.
Un torneo seguido en todos los continentes
Gracias a su prestigio y al dramatismo habitual de sus finales, el US Open es retransmitido en más de 190 países y seguido por millones de espectadores. En Europa, Asia y Sudamérica, el torneo ha ganado cada vez más adeptos, ayudando al crecimiento del golf como deporte global.
Un modelo que inspira
Muchos torneos nacionales —incluso fuera de EE. UU.— han adoptado elementos del “modelo US Open”: clasificatorios abiertos, exigencia extrema, y la búsqueda deliberada de campos que desafíen a los profesionales. Su legado se proyecta más allá de sus fronteras.
En definitiva, el US Open es más que el campeonato nacional de Estados Unidos. Es una referencia internacional, un estándar de dificultad y una vitrina donde se consagran no solo los mejores del país… sino del mundo.
Una batalla mental, física y estratégica
El US Open es mucho más que un torneo de golf: es una batalla mental, física y estratégica. Es donde los grandes demuestran su temple y los desconocidos tienen una oportunidad de entrar en la historia. Sigue descubriendo cada edición y revive los momentos que han definido este campeonato legendario.